El recital comenzó justo a las 6:58 de la noche con la enérgica y divertida puesta de la banda nacional Minerva. Ellos compitieron con otros colegas y así lograron su pase para tocar antes que los astros foráneos, quienes arrancaron alaridos a partir de las 7:31 pm.

Vestidos de negro, gris y blanco, dieron su show que, en total, duró poco más de una hora. Casi sin color también fue la iluminación que les acompañó en cada nota. Sólo algunos destellos de en diversos tonos resaltaron.

Pablo, Tomás, Bárbara y Gabriela, integrantes del cuarteto, aseguraron que el público venezolano es "uno de los mejores que hemos visto". Temas como Lejos de aquí, Tal vez, Quiero mis 15, Llévame y Escapar fueron coreadas con fuerza por todos y cada uno de los adolescentes y niños de la audiencia, quienes tampoco pararon de lanzar regalitos (cartas, peluches, fotografías, etc.) hasta el escenario.

La alegre descarga musical sólo estuvo empañada por reiteradas fallas en el sonido del espectáculo. Los instrumentos de teloneros (Minerva) sonaron saturados, aunque salvaron su presentación gracias al carisma de sus integrantes.

Los chicos de Kudai también se las vieron negras cuando, casi al terminar su show, un ruido interrumpió el acompañamiento, las baterías dejaron de sonar y los vocalistas casi quedan pasmados.

Afortunadamente la efusividad la fanaticada no mermó y el recital continuó con bastante éxito hasta pasadas las nueve. "Es momento de despedirnos", dijo Gabriela muy emocionada.

Tras un falso final, gritos y un río de lagrimitas de los excitados chicuelos, la banda sureña volvió a escena para dar su bis. Al son de Sin despertar y Déjame gritar se gastaron las últimas dosis de energía de la noche.

El repertorio fue casi exacto al de su pasado show en el Poliedro de Caracas, pero Kudai prometió volver con un espectáculo completamente renovado.